Hubo un receso en el PGA Tour, pero el cierre del BMW PGA Championship, en la fantástica Wentworth, Inglaterra, fue un espectáculo digno del mejor golf del orbe. Efectivamente, este clásico ya se ha convertido en uno de los mejores torneos del año, en virtud de ser el torneo insignia del DP World Tour y de captar a jugadores muy versátiles y carismáticos, como es el caso del campeón en esta edición: Billy Horschel. Ciertamente, el Open Championship es el torneo más relevante en Europa en el calendario golfístico, pero este torneo depende del Royal & Ancient Golf Course of St. Andrews. Así, el BMW PGA Championship es el torneo más relevante del DP World Tour, otrora la Gira Europea y con los años, cada vez atrae a un número importante de jugadores que compiten en el PGA Tour y en otros circuitos del mundo.
En esta edición, fuegos artificiales circundaron los aires de Virginia Water, la localidad que alberga la afamada cancha de Wentworth, la sede de esta Gira de golf.
No se podría haber pedido un final más electrizante, con dos jugadores de gran rivalidad de muchos años y en un desempate verdaderamente único, en donde se desplegó un nivel de golf muy superior. Rory McIlroy y Billy Horschel se trenzaron en un duelo formidable en la vuelta final del campeonato, cada uno con 67 golpes, cinco-bajo par, que los hizo finalizar al tope del tablero, con score de 268 golpes, 20-bajo par. Un tercero, el sorpresivo Thriston Lawrence, quien disparó un fabuloso 65, siete-bajo par, se unió a la fiesta para el playoff. Sin embargo, Lawrence fue presa de la presión en el primer hoyo extra, cuando erró con su segundo golpe y rápidamente fue eliminado, incapaz de igualar los birdies que anotaron tanto McIlroy como Horschel. Tras los dos birdies, regresaron al tee del hoyo 18, un extraordinario par-5 que siempre depara las emociones más inesperadas.
Nuevamente, ambos jugadores alcanzaron el green de dos golpes, con oportunidades para birdie. Primero, fue McIlroy, quien con un gran putt rasuró el borde del hoyo, pero sin acertar su intento de águila. Enseguida, Horschel, como lo había estado haciendo en una gran parte de su ronda final, ejecutó con gran maestría, un delicado putt en bajada que lentamente se aproximó al hoyo, hasta caer al fondo de la copa y marcar el destino del torneo en favor del estadunidense, por segunda ocasión. Para el de Irlanda del Norte, esta fue una decepción más en el nutrido repertorio de este año, que incluye la descorazonadora derrota en el U.S. Open, a manos de Bryson DeChambeau y la más reciente en el Abierto de Irlanda, la semana previa ante el danés Rasmus Hojgaard.
No obstante, esta vez fue más dura, ya que esta era una gran oportunidad para finalizar el año con otra campanada y ante uno de los rivales que han sido más frecuentes de Rory: Billy Horschel, con quien comenzó a tener esta rivalidad desde que ambos competían en la Copa Walker, representando a sus respectivos países, antes de 2010.
Ahora, Billy Horschel ya es un doble ganador del BMW PGA Championship, algo que pocos pueden presumir, ciertamente. En su favor, cabría agregar que las tres veces que jugó el hoyo 18 este domingo, resultó en birdie, en regulación y birdie-águila en los dos hoyos de muerte súbita; sin duda, impresionante.
Thriston Lawrence, por su parte, demostró que su actuación en el Open Championship no fue obra de la casualidad, sin duda. Más abajo de los tres finalistas, Matteo Manassero (73), Matthew Baldwin (69) y Aaron Rai (67) compartieron el cuarto sitio, cada uno con score de 271 golpes, 17-bajo par. Aaron Rai, un inglés que compite en el PGA Tour, ya conquistó recientemente su primer título en el circuito estadunidense.
Además, cabe destacar la presencia de dos de los jugadores del equipo Internacional que jugarán esta semana en el Presidents Cup, Byeong Hun An y Adam Scott; ambos aprovecharon esta gran plataforma como una manera de llegar con gran inercia al Royal Montreal esta semana. Ya veremos cuál es el nivel de su actuación y si son capaces de vencer a los favoritos de Estados Unidos.
Mauricio Durazo Villanueva