Un monstruoso putt de 72 pies, que embocó el canadiense Nick Taylor en el cuarto hoyo de desempate, desató la locura en la cancha de Oakdale, en Toronto, Canadá, cuando el popular jugador local rompió un maleficio de casi 70 años al convertirse en el primer jugador de Canadá que conquista su torneo nacional desde que Pat Fletcher lo hiciera en 1954. Fue un momento inolvidable en la historia de esta clásico nacional, que se remonta a 1904, con la victoria de George Oke. Taylor salió en desventaja, pero trabajó una formidable vuelta con siete birdies y solamente sufrió un bogey en su recorrido final. Terminó con score de 271 golpes, 17-bajo par, con 66 golpes, por 67 de Tommy Fleetwood, quien esta tarde sufrió una nueva decepción, cuando no fue capaz de cerrar el campeonato en su favor, cuando tuvo todas las oportunidades para ello.
Así, la sequía continúa para el jugador inglés, quien todavía no sabe lo que es obtener un título en el PGA Tour, no obstante sus conquistas en la Gira Europea. El primero en poner el 16-bajo par en la casa-club fue Tyrrell Hatton, con sensacional 64 y score de 272 golpes, 16-bajo par, así que esa era la cifra a superar por los grupos finales. Tres se quedaron a solo uno de haber alcanzado el 17-bajo par de Taylor y Fleetwood; Aaron Rai (67); C.T. Pan (70) y el ya mencionado Hatton.
Tommy Fleetwood, en el grupo final, tuvo todo para resolver el torneo en regulation, pues Taylor ya había finalizado con su 17-bajo par, luego de haber embocado birdies en el 17 y 18, luego de un lamentable bogey en el 16. Sin embargo, el inglés logró embocar birdies en el 16 y 17, para llegar a 17-bajo par, pero todavía con el corto par-5 del hoyo 18, uno relativamente fácil para haber logrado el birdie ganador.
Pero la estrategia de Fleetwood fue fatal, ya que de dos golpes estaba en el rough y con un tercer tiro complicado, que evidentemente no le facilitó un putt para birdie. Tras el error mental de Fleetwood, debieron ir a muerte súbita; igualaron con birdie en el 18 y con par en el mismo 18, se mantuvo el empate. Un tercer hoyo, el 9, prosiguió el drama, ya que ambos lograron el par nuevamente. Pero llegó el emotivo y trepidante desenlace, con el putt para águila de Nick Taylor, desde poco más de 20 metros, nuevamente en el hoyo 18, que estaba convertido en una gigantesca olla a punto de reventar. Finalmente lo hizo cuando la pelota de Taylor desapareció al fondo de la copa. Esta explosión de júbilo rápidamente se trasladó por todo el territorio canadiense. Fue un triunfo nacional, sin duda.
Para Rory McIlroy no fue una semana afortunada, ya que él pretendía ganar por tercera ocasión consecutiva, lo que no logró, aun estando en posición cercana al liderato. Esta victoria habría sido la número 24 en el PGA Tour para el de Irlanda del Norte y, sin duda, un motivo para haber expresado su disgusto por la nueva asociación de negocios, entre el PGA Tour y LIV Golf.
Mauricio Durazo Villanueva