Tiger Woods, el golfista que revolucionó este deporte y dominó a su antojo la clasificación mundial durante muchos años, tiene desde este jueves una nueva oportunidad, una más. Antes, el Tigre luchaba por romper récords, por mostrar su talento. Ahora, a los 48 años, la pelea es contra el dolor.
Los años no pasan en vano. Y menos para Woods, que en los últimos tiempos ha tenido que luchar contra diversos problemas físicos, que se agudizaron tras el grave accidente de tránsito que sufrió hace casi tres años. Tiger va poco a poco: este jueves comenzará a jugar el Genesis Invitational, su primer torneo oficial en 11 meses.
“Creo que es una meta realista. Tendría que comenzar tal vez en Genesis y algo en marzo cerca de The Players…”, explicó entonces. “Ahora necesito prepararme para todo eso con paciencia. Creo que esta semana es un gran paso en esa dirección”, agregó.
Ganador de 82 torneos en el PGA Tour y de 15 majors, solo superado en este último ítem por el histórico ‘Oso Dorado’ Jack Nicklaus, Tiger sabe que cada vez será más difícil estar en la pelea por cosas grandes. Aunque eso mismo se decía de él en 2019, cuando sorprendió al mundo al ganar el Masters a los 44 años.
“Me encanta competir y jugar. Extraño estar aquí con los muchachos. Lo que me motiva es que me encanta competir. Llegará un momento, aún no lo he entendido del todo, en el que no podré volver a ganar, y cuando llegue me iré”, se sinceró.
Tiger Woods trabaja para superar el dolor
Antes de su aparición en el Hero World Challenge en diciembre, la última imagen que Tiger dejó al mundo del golf fue su dolorosa participación, literalmente, en el Masters de 2023. Aguantó como pudo, superó el corte y luego los dolores y un clima difícil lo obligaron a retirarse del torneo antes de la última ronda.
Woods arrastraba dolores en una pierna y su cadi, Joe LaCava, con quien trabajó desde 2012 hasta el año pasado, ya advertía que si el clima no le ayudaba, la participación en el Masters podría ser extremadamente difícil.
“Se anuncia mal tiempo para el torneo y no son las mejores noticias. Si llueve y hay suspensiones, Tiger no está físicamente para afrontar, por ejemplo, 27 hoyos en un día”, dijo LaCava, que no lo acompañará en su reaparición. Se fue a trabajar con Patrick Cantlay.
Fue el peor de los escenarios. El torneo sufrió varios retrasos y, como estaban las cosas, Tiger tenía que jugar 29 hoyos el domingo, 11 de la tercera ronda y los últimos 18. Ya ese sábado las cámaras de televisión mostraban a un jugador que cojeaba, caminaba con dificultad y no disimulaba su sufrimiento.
Tras el Masters, Tiger pasó de nuevo por el quirófano. Fue operado para hacerle una “fusión de la articulación subastragalina”. Esta se encuentra exactamente abajo del tobillo, entre el hueso astrágalo y el hueso del talón. De esta manera se buscaba superar el dolor que se hizo evidente en su paso por Augusta el año pasado. “La cirugía fue un éxito”, se publicó en sus redes sociales.
Esa cirugía fue la número 11 a la que debió someterse desde 2009, cuando comenzaron los tratamientos para superar los dolores de espalda, y la séptima desde su accidente de tránsito.
Cabe recordar que el 23 de febrero de 2021, el golfista iba a bordo de una camioneta Genesis GV80, alrededor de las 7 de la mañana. Tiger, que conducía con exceso de velocidad (iba, según los reportes, a más de 140 kilómetros por hora), siguió derecho en una curva, en la frontera entre Rolling Hills Estates y Ranchos Palos Verdes. La investigación posterior al accidente reveló que el golfista no alcanzó siquiera a pisar el freno.
El accidente fue aparatoso y la camioneta terminó volcada. Una llamada a la línea de emergencias permitió que los bomberos llegaran a ayudarlo. Uno de ellos, Code Gomoll, de 23 años y quien apenas cumplía su primera labor de rescate, tuvo que utilizar un hacha para cortar el parabrisas y ayudar a sacar a Woods.
Las secuelas del volcamiento fueron importantes: Tiger sufrió varias fracturas expuestas en la tibia y el peroné y otras en el pie y en el tobillo. Tuvieron que someterlo a seis cirugías y duró más de un mes en el hospital.
La recuperación tardó más de un año y el 7 de abril de 2022, Tiger estaba en el tee de salida del Masters. Jugó los cuatro días y, aunque terminó con 13 sobre el par, muy lejos del campeón, Scottie Scheffler, lo suyo entra, perfectamente, en la categoría de milagro.
“Fue una sensación increíble. No jugué mi mejor golf, pero solamente tener el apoyo de los patrons es increíble, no puedo describir lo que siento. Hace un mes no sabía si podía hacer esto. Fue una semana positiva, tengo que mejorar, pero estoy listo”, declaró ese domingo en el que Scheffler se puso la chaqueta verde.
Sin embargo, el dolor no le ha permitido a Tiger competir con frecuencia en el PGA Tour. De hecho, después del Masters de 2022, solamente había jugado cuatro torneos oficiales hasta este retorno: jugó dos majors más en ese 2022, pero no terminó ninguno, pues no pasó el corte en el Open Británico en Saint Andrews y no terminó el PGA Championship ese año. Y en este mismo Genesis Invitational al que ahora vuelve, el año pasado jugó las cuatro rondas. Luego vino el recorrido por Augusta, los dolores y la nueva cirugía que lo obligó a parar y a abandonar el golf competitivamente hasta ahora.
Pero Tiger siempre tuvo en mente volver a competir. A las sesiones de fisioterapia le fue agregando, poco a poco, volver a pegar bolas. Y, en diciembre, cuando compitió en el Hero World Challenge, se reveló que el Tigre hacía rutinas de gimnasio que comenzaban muy temprano, a las 4 de la mañana.
Dos semanas después de ese certamen, Tiger jugó otro torneo, el PNC Championship, un certamen por parejas en el que apareció junto a su hijo, Charlie, de 14 años, que también deslumbró por su talento: ya hacía tiros de más de 300 yardas.
“La gente no se da cuenta de que seguía levantando pesas y haciendo muchas otras cosas, además de la parte de resistencia. Y golpeaba mucho las pelotas de golf, tratando de preparar a Charlie para el evento”, expresó Woods, citado por Men’s Health.
Ese fue un plan familiar, pues su hija Sam hizo las veces de cadi. “Tener a mis dos hijos junto a mí de esta manera y participando, jugando y siendo parte del juego de golf, no podría haber sido más especial para mí”, señaló Woods.
Para Tiger, es tiempo de cambios
Tiger, a pesar de su inactividad, sigue siendo una figura atrayente. Rechazó una multimillonaria oferta, a finales de 2021, para unirse al LIV Golf, el circuito financiado por fondos de Arabia Saudí.
“Se habló de ese número (una oferta entre los 700 y los 800 millones). Tiger cambia los equilibrios, y obviamente uno tiene que apuntar a lo mejor de lo mejor. Se pusieron en contacto con Tiger antes de que yo me convirtiera en el CEO”, declaró en su momento Greg Norman, cabeza visible del circuito árabe.
Ya Woods había fijado su posición durante el Open Británico de 2022. “No puedo apoyar a los jugadores que deciden jugar en el LIV. Han dado la espalda a la organización que los ha llevado a donde están. Algunos jugadores ni siquiera han competido en el PGA Tour”, dijo. “Algunos de estos jugadores quizá nunca lleguen a jugar un major, a jugar en St. Andrews o a caminar por las calles de Augusta. Eso, para mí, es incomprensible”, agregó.
Además, su regreso coincide con el final de una relación comercial de 27 años con Nike. El Tigre lanzó su marca propia. El nombre tiene mucho que ver con una de las constantes de su carrera: se llama Sun Day Red, para recordar que siempre, el último día de los torneos, cuando se vistió de gloria, lo hacía de rojo.
“Es el momento adecuado de mi vida. Ya no soy un niño. La vida cambia, tengo hijos. Esta es una transición importante como parte de mi vida. Quiero tener algo de lo que pueda estar orgulloso y una marca de la que esté orgulloso en el futuro”, declaró esta semana en el lanzamiento de la marca.
No es el mismo Tiger que dominó al mundo. Tampoco es el mismo golf, pues las figuras están repartidas. Woods es una incógnita. En Augusta demostró hace un año que el talento no se pierde y que solo el dolor y las lesiones pueden detenerlo. Hoy dice no tenerlos y eso hace que la ilusión no se pierda.
Cortesia José Orlando Ascencio
ElTiempo.com