LIV Golf, celebrado en The Greenbrier, West Virginia

8 de agosto de 2023
El estadunidense Bryson DeChambeau disparó una de las vueltas más impresionantes en la historia, independientemente del circuito de golf al que nos refiramos, sea el PGA Tour o LIV Golf. En esta ocasión fue el segundo, que significó un estruendoso 58, 12-bajo par en esta notable cancha, que durante muchos años fue sede de un torneo muy relevante, el de Greenbrier, que en algún momento fue ganado por el argentino Angel Cabrera. De por sí, un 58 es una nota de lo más explosiva, imaginemos que este score siguió a un 61 que el propio DeChambeau había registrado el día anterior, camino a su primer triunfo en el LIV Golf, desde que se incorporara en el año pasado.
Con tarjetas de 68-61-58, el californiano capturó el título en The Greenbrier con score de 187 golpes, 23-bajo par, un total que ciertamente parece increíble. El chileno Mito Pereira, quien acumuló vueltas de 68-62-63, quedó a seis golpes de distancia, con un score que parecería sería suficiente para ganar cualquier torneo en el orbe.
Pereira, quien brilló en grande esta semana, quedó solitario en el segundo sitio, con 193 golpes, 17-bajo par. Carlos Ortiz compartió el séptimo lugar, en compañía de otros cuatro jugadores, cada uno con score de 197 golpes, 13-bajo par. Ortiz firmó registros de 66-67-64, un total de 13-bajo par. En tercer lugar empataron Richard Bland, Matthew Wolff y David Puig, cada uno con 194 golpes, 16-bajo par. 
Lo impresionante de la vuelta de DeChambeau, es que el corpulento estadunidense todavía se dio el lujo de haber anotado un bogey, en el hoyo 8; aun así, logró embocar un putt de once metros en el hoyo final, para culminar su obra maestra, el registro más bajo en la historia del PGA Tour, que lo lograra Jim Furyk en el Travelers Championship. Obviamente, no cuenta como oficial en el PGA Tour, pero iguala la hazaña de Furyk. Bryson DeChambeau jugó casi sin errores, con golpes de salida salvajes y tiros precisos hacia las banderas.
Con un arranque vertiginoso, de seis birdies en sus siete primeros hoyos, DeChambeau rápidamente tomó control del torneo, camino a su histórica ronda. Desde ese primer momento, prendió las alarmas de que un 59 era posible. Al final, logró algo más.
Mauricio Durazo Villanueva