Una final plena de dramatismo en una cancha excepcional, Los Angeles Country Club, que vio regresar el U.S. Open a la ciudad angelina por vez primera en 75 años, desde 1948. Un sorpresivo Wyndham Clark se llevó las palmas en un domingo de emociones trepidantes, en una final que vio contender al número uno, Scottie Scheffler y al número tres, Rory McIlroy, quien se llevó otro segundo lugar en un torneo mayor y por tercera semana consecutiva, estuvo en contención por el título, sin embargo terminó perdiendo ante el embate del potente Clark, quien en el lapso de dos meses ha logrado pasar de un desconocido que aún no ha ganado, a un superestrella que puede llegar a convertirse en un jugador dominante en el circuito, gracias a su extraordinario poderío y al temple y carácter que demostró en estos 72 hoyos en el Los Angeles Country Club.
Como sucede muy frecuentemente, no se decidió sino hasta el último putt, cuando Clark embocó su putt para par en el hoyo 18, que lo coronó campeón con score de 270 golpes, diez-bajo par. Rory McIlroy, que anotó una tarjeta final de 70, par de campo, ocupó el subcampeonato en solitario con 271, nueve-bajo par. Fue una ronda final muy frustrante para el de Irlanda del Norte, ya que abrió con birdie en el hoyo 1, pero no pudo repetir otro en los siguientes 17 hoyos; su único error llegó con un doloroso bogey en el 14, un par-5. Así, McIlroy fracasó en su intento por capturar su segundo U.S. Open, no obstante que es el pegador de pelota más consistente e impresionante. Además, cabe recordar que llegó con una ligera carga de agotamiento, puesto que con ésta, era la tercera semana consecutiva que jugaba, con cero victorias en este lapso.
Desde 2014, cuando ganó el PGA Championship, McIlroy no ha logrado ganar en otro torneo mayor. Clark, por su parte, es un jugador que hasta hace tres meses, había pasado inadvertido relativamente, sin títulos oficiales en el PGA Tour. Exestudiante de Oklahoma State y Oregon University,a sus 29 años se había llegado a cuestionar si era posible que ganara alguna vez. La respuesta llegó este año, cuando Clark vence en el Wells Fargo Championship, en Quail Hollow, una cancha sensacional, en donde se ha jugado el PGA Championship y la pasada Presidents Cup. Ciertamente, este triunfo llamó poderosamente la atención de los expertos, pero quizá muy pocos pensaban que Clark tenía el talento para capturar uno de los cuatro grandes. Este domingo lo demostró con creces, ante la furia y el embate de McIlroy, Scheffler, Schauffele, Dustin Johnson, Cameron Smith, Rickie Fowler, Fleetwood, Harris English, Min Woo Lee, Brooks Koepka, Colin Morikawa y otros más.
El temple y la paciencia de Wyndham Clark estuvieron a prueba, ya que afrontó situaciones adversas, que le hicieron hacer golpes muy defectuosos, casi abanicando, tanto en su vuelta del sábado como el domingo. Llegó hasta 12-bajo par, con una buena primera vuelta y en los nueve restantes, enfrentó con gran gallardía los hoyos letales de la cancha angelina. Nunca bajó de 10-bajo par, cifra que solo Rory alcanzó y el otro co-líder al terminar los 54 hoyos, Rickie Fowler, rápidamente se colapsó en los nueve de ida. Fowler terminó empatado en quinto lugar, con score de 275, cinco-bajo par, al lado de Min Woo Lee y Tommy Fleetwood. Scottie Scheffler fue tercero con 273 golpes, siete-bajo par y Cameron Smith, cuarto con 274 golpes.
Joaquín Niemann finalizó con 283 golpes, en el puesto 32, en tanto que Sebastián Muñoz con 286 y Abraham Ancer con 287 golpes. Gordon Sargent fue el mejor amateur, con 284 golpes, en el lugar 39.
Mauricio Durazo Villanueva