Luego de haber participado en más de 160 torneos en el PGA Tour, el inglés Tommy Fleetwood pudo, al fina, levantar un trofeo de campeón ¡y vaya trofeo! Nada más y nada menos que la FedEx Cup, una competencia a lo largo del año para definir al ganador del PGA Tour. Instituída en 2007, su formato ha sufrido muchos cambios a lo largo de los años y para esta edición se decidió que el jugador que ganase el Tour Championship se llevaría el codiciado trofeo. Se eliminaron los golpes de ventaja y también la puntuación acumulada de toda la temporada. En virtud de los críticas que había provocado el anterior formato de golpes de ventaja, se jugó ahora con un formato muy simple: será coronado campeón el jugador que triunfe en el Tour Championship.
Si bien Tommy Fleetwood había vivido muchas jornadas de desilusión, por su incapacidad para obtener su primer título en este circuito, tal parece que todas desaparecieron mágicamente con esta rotunda victoria. Al embocar el último putt en el green del hoyo 18 de East Lake, dejó escapar su algarabía contenida y dio rienda suelta a una celebración más que merecida y largamente esperada. El multitudinario público que coreó los tiros del británico no escondieron su felicidad al ver al astro de 34 años capturar su primer torneo en suelo estadunidense. Había muchos contendientes del país local, Scheffler, Cantlay, Young, Henley, Bradley, entre otros, pero muchos coincidieron que en esta ocasión los astros se alinearían en favor de Fleetwood. Ya no hubo decepción, ni frustración, Tommy Fleetwood labró con paciencia y categoría, una sólida ronda final de 68 golpes, dos-bajo par, que le dio el título con score de 262 golpes, 18-bajo par. Conquistó el Tour Championship por margen de tres golpes, sobre Patrick Cantlay (71) y Russell Henley (69).
Scottie Scheffler, quien parecía que llegaba con todo para intentar repetir como campeón, tropezó en el 15 con doble-bogey, que ciertamente frenó sus aspiraciones. Con tarjeta final de 68, dos-bajo par, Scheffler compartió el cuarto sitio con Cameron Young (66) y Corey Conners (62). Cada uno acumuló 266 golpes, 14-bajo par. Russell Henley fue quien mejores oportunidades creó, pero tal parece que su putter estuvo silenciado en esta jornada final. Anotó un 69, uno-bajo par, que fácilmente pudo haber sido un 65. Empató con Cantlay en el segundo puesto, con 15-bajo par. Por su parte, Cantlay, jugando en el grupo final con el ganador Tommy Fleetwood, no estuvo a la altura de una final y terminó anotando sobre-par, con 71 golpes. Fleetwood, por su parte, alternó cinco birdies con tres bogeys y pudo jugar el par-5 del hoyo 18 con toda tranquilidad, sabiendo que era el gran campeón. La caminata del campeón fue todo lo fantástica que siempre había esperado. Indiscutiblemente, Tommy Fleetwood es un digno campeón. Anotó vueltas de 64-63-67-68 para score de 262, 18-bajo par.
EL hoyo que resultó una verdadera pesadilla fue el par-3 del hoyo 15, caso rodeado totalmente por un enorme lago. Scottie Scheffler tropezó ahí en los dos últimos días. Fue su némesis, prácticamente. Keegan Bradley, que venía embalado y con ciertas posibilidades, también fue víctima de esta joya de la cancha. Fleetwood, en cambio, jugó a lo seguro y logró salvar un valioso bogey y no le costó el torneo. Supo reaccionar cada vez que erraba un tiro y así llegó al hoyo final con el triunfo en la bolsa. Keegan Bradley, el flamante Capitán de Copa Ryder, formó tarjeta de 70 golpes y empató en el séptimo lugar con Sam Burns (66) y Justin Thomas (65). Cada uno acumuló 267 golpes, 13-bajo par.
Mauricio Durazo Villanueva