The 45th Ryder Cup. Bethpage (Black Course), Farmingdale, New York.

29 de septiembre de 2025

Sin duda, la edición 45 de la Ryder Cup no defraudó, como ya es costumbre. Reiteradamente, escuchamos que el comportamiento del público fue, en ocasiones, muy agresivo, poco civilizado, corriente y hasta vulgar; características que nadie quiere ver en una cancha de golf, en el torneo más valorado por el público conocedor en el golf. Lo mencionaremos al final.

 

Europa conquistó, merecidamente, su segunda Ryder Cup consecutiva y la novena en este siglo, algo impactante. Además, desde que Europa ganó por vez primera como visitantes, repitieron en 1995, 2004 y 2012. Son ya cinco ocasiones en que los europeos han realizado esta proeza. Luke Donald, el Capitán vencedor, ya es mencionado como el más destacado Capitán de Europa en la historia. Además, comparte con Tony Jacklin la distinción de ganar una Ryder Cup como visitante y también como local. Muchos elogios ha recibido la preparación, el estudio de los datos, los detalles, la formación de los equipos y la motivación, que él mencionó que no necesitaban.

 

Por el contrario, Keegan Bradley ha recibido todo tipo de críticas, muchas de las cuales no merece; otras, absolutamente son su responsabilidad y a ellas se debe el resultado. El marcador de 15 a 13, en favor de Europa, ciertamente no refleja lo que sucedió. El domingo, con los de Estados Unidos abajo por siete puntos, montaron una furibunda reacción que a punto estuvo de provocar una remontada de antología. Era claro que Europa solamente necesitaba 14 puntos para retener la Copa Ryder, pero para lograrlo, tardaron muchas horas, tiempo que se volvió una pesadilla para Luke Donald y todo el equipo de apoyo de los europeos. Quien logró la hombrada de asegurar el punto 14 fue Shane Lowry, que ejecutó un tirazo al green del hoyo 18, que superó el tirazo que había realizado Russell Henley, momentos antes. Cuando Henley falla su putt, que le habría dado otro punto a su equipo, Lowry toma la oportunidad, una en la vida, y emboca dramáticamente el putt que gana el hoyo y empata el match. Sin duda, el momento más relevante, el momento decisivo.

 

Sin embargo, un empate 14 a 14, como era posible, no sería satisfactorio para los visitantes, así que en el match siguiente, Tyrrell Hatton se encargó de adicionar otro medio punto, en su empate ante Collin Morikawa, con lo cual aseguró el triunfo. En el último match, Sam Burns y Robert MacIntyre, ambos cometieron errores al final y se registró otro empate, con lo que el marcador definitivo quedó 15 a 13, en favor de Europa.

 

 

 

En resumen, podría decirse que Europa amasó una gran ventaja, en los partidos del viernes y sábado, la cual fue suficiente para amortiguar la bravía reacción de Estados Unidos en los 12 partidos individuales. Aunque en realidad fueron 11 solamente, ya que entró en vigor la regla del jugador lesionado, que fue Viktor Hovland. Así, el partido entre Hovland y el designado, Harris English no se jugó y, por ende, se asigna medio punto a cada equipo; equivalente a un empate.

 

Viernes: Desde temprano, los europeos mostraron su indeclinable determinación de obtener el trofeo. Ganaron por 3 a 1 la sesión de foursomes, con los triunfos de Rory McIlroy/ Tommy Fleetwood, de Jon Rahm/ Tyrrell Hatton y de Ludvig Aberg/ Matt Fitzpatrick. Por los locales, triunfaron en solitario Xander Schauffele/ Patrick Cantlay.

 

Por la tarde, Europa continuó su juego espectacular y dominaron nuevamente en bola-baja (four-balls). Ganaron Jon Rahm / Sepp Straka y Justin Rose/ Tommy Fleetwood. Cameron Young debutó en grande, venciendo él y Justin Thomas a Ludvig Aberg/ Rasmus Hojgaard. Finalmente, Sam Burns/ Patrick Cantlay empataron con Rory McIlroy / Shane Lowry. Esta sesión la diminaron por 2 1/2 a 1 1/2. La ventaja de Europa aumentó a tres puntos.

 

 

Sábado por la mañana:

En los foursomes de la mañana, fue increíble haber visto la repetición del binomio English-Morikawa, que habían sido arrasados el día anterior. Nadie entendía porqué Keegan Bradley los repetía. Así que nuevamente fueron arrasado, nuevamente por McIlroy/ Fleetwood. Rahm / Hatton volvieron a ganar y también lo hicieron Hovland / MacIntyre. El único triunfo de esta sesión de foursomes se atribuyó a DeChambeau/ Cameron Young, que vencieron a Matt Fitzpatrick/ Aberg. Con este resultado, la ventaja aumentó a cinco puntos, ya apremiante para Estados Unidos.

En los fourballs (bola-baja) de la tarde, Europa no cedió nada y continuó el ataque devastador. Como nunca antes de visitantes, volvieron a dominar en esta sesión, nuevamente por 3 a 1, con lo que el marcador aumentó increíblemente a 11 1/2 a 4 1/2. Una diferencia de siete puntos. En esta sesión brillaron Tommy Fleetwood / Justin Rose, que superaron a Scottie Scheffler/ DeChambeau; Rory McIlroy/ Lowry dominando a Thomas/ Cameron Young y Tyrrell Hatton/ Fitzpatrick derrotando a Sam Burns/ Cantlay. El solitario punto de Estados Unidos fue aportado por J.J: Spaun/ Xander Schauffele, que superaron a Jon Rahm / Sepp Straka. Así, por vez primera, un equipo visitante capturaba cada una de las cuatro primeras sesiones, algo inesperado totalmente.

Llegado el domingo, en donde se enfrentarían 11 contra 11, era claro que una remontada por parte de Estados Unidos, era impensable. Sin embargo, en determinado momento, la pizarra, que inicialmente tenía una inclinación azul (Europa), poco a poco comenzó a teñirse de rojo, conforme los jugadores de Estados Unidos comenzaron a dominar sus partidos. Quienes lanzaron la remontada fueron Cameron Young sobre Justin Rose y Justin Thomas venciendo al invencible Tommy Fleetwood. Luego, Bryson DeChambeau se quitó una desventaja de cinco-abajo y emparejó su match contra Matt Fitzpatrick. Scottie Scheffler, sin jugar su mejor golf, sio cuenta de Rory McIlroy, así que, con estos primeros resultados, el marcador comenzaba a ver una disminución de la enorme ventaja que tenía Europa. Además, psicológicamente, al derrumbar a los gigantes europeos, pegaba Keegan Bradley en la línea de flotación de Luke Donald.

Esto puso el ambiente muy tenso para los europeos, que veían que los puntos no llegaban. Otros que ganaron fueron Xander Schauffele sobre Jon Rahm; J.J. Spaun sobre Sepp Straka y Ben Griffin sobre Rasmus Hojgaard. Con estos marcadores, llegaron a los partidos finales, con la pizarra 13 1/2 a 11 1/2. Fue entonces que Shane Lowry, campeón del Open Championship en 2019, ejecutó el putt milagroso en el green del hoyo 18, que terminó definiendo la doble victoria consecutiva para Luke Donald. En estricto sentido, no solamente fue el putt de la victoria, sino el segundo golpe que ejecutó desde el fairway, dejando su pelota a escasos dos metros para el birdie. Fue un tirazo para la historia.

Ya con la Ryder Cup segura entre las manos de los doce gallardos jugadores y en las seguras manos del Capitán Luke Donald, comenzó el delicioso festejo. Un festejo que estaban saboreando desde que festejaban en Roma, hace dos años, en 2023. Fue ahí, que Rory McIlroy lanzó su sentencia al universo, en el sentido de declarar que una de las cosas más difíciles de lograr en el golf, era ganar la Ryder Cup en territorio extranjero.

Mauricio Durazo Villanueva